18 de septiembre de 2008

Binomios incompatibles

¿Qué tienen en común la Mantis Religiosa (oposición para los recién llegados) y la dieta?

1. Esta frase: "Empiezo el lunes en serio, de verdad".

2. Causan ansiedad.

Tengo que buscar algo para pegar en mi pared.

* Esta comparación demuestra que intentar hacer las dos cosas a la vez perjudica seriamente la salud, sobre todo mental. Totalmente desaconsejable en personas con tendencias suicidas.

17 de septiembre de 2008

El examen de las ingles

He decidido que el día antes de jubilarme como maestra les voy a poner este examen a mis alumnos. Es que el otro dia estuve viendo "Amanece, que no es poco".

"Las ingles. Su importancia geográfica. ¿Son verdad las ingles? Historia de las ingles. Las ingles en la antigüedad. Las ingles de los americanos. ¿Cómo hay que tocar las ingles? El ruido de las ingles. Las ingles más famosas. Las ingles y la literatura. Un tiro de ingles. Las ingles de los niños. Las ingles y la cabeza, relación si la hubiera. Las ingles en Andalucía… ¡y el clavel! Teoría general del Estado y las ingles. Las ingles negras. ¿Hay una ingle o hay muchas ingles? Las ingles de los actores. La Ingle y Dios. No ha nacido todavía la ingle que me domine. Las ingles descabaladas, su por qué. Las ingles putas. Dibujo a mano de las ingles. ¿Es carne la ingle? El jaque a la ingle. ¿Satisface hoy en día una ingle, qué ingle?"

10 de septiembre de 2008

Pánico

La Mantis Religiosa me produce fobias varias. Una de ellas, la primera que ha hecho acto de presencia este año, es referente a los contenidos de los temas. Tengo yo la sensación además de que es una preocupación poco compartida, que sufro en soledad, vamos. Yo oigo que la gente se hace con un temario, se lo estudia lo mejor que puede y lo escupe el día del examen. Y para mí este proceso no es tan fácil. Porque en medio me dedico a revisar el contenido del tema, que es lo que más tiempo me lleva y más histérica me pone por la complejidad que supone la cuestión. Y me explico. Te dicen:

- Si te estudias uno de los temarios más comunes el tribunal lee tu tema con desgana porque está harto de ver lo mismo y te arriesgas a no destacar.

- Si decides elaborarte un temario "único", como es diferente a lo que el tribunal se ha mirado para corregir, no saben cómo valorarlo. Se fijan más en lo que está en los otros temarios que tú no has puesto que en lo que aportas, piensan que el enfoque está mal dado...

Yo, ante este callejón sin salida, trato de hacer una combinación y ES PARA VOLVERSE LOCO. Consecuencia: inseguridad y pánico. ¿Alguien me entiende?

7 de septiembre de 2008

Lección 1

1. Desconozco el motivo, pero hoy las cuatro copas que me he tomado me han hecho un efecto impropio, no sé si de ellas o de mí. P.D. Si lee esto un señor de la DGT: yo no conducía.

2. No sé por qué estoy escribiendo en un blog serio, como pretende ser este, a las 2.00 de la mañana y en este estado.

3. Tampoco sé por qué razón me acaba de entrar un remordimiento bárbaro porque llevo dos días sin tocar la dichosa oposición. (Ya sé que estamos a principios de septiembre pero creo que ya he dicho que no ando muy serena y me puedo permitir preocuparme por la tontería que me de la real gana).

4. A lo que iba.
Lección 1 del opositor: da igual los miles de cuadrantes que hagas, fechas que colorees y pequeñas metas que te impongas. La vida es otra cosa. Y de repente ocurre alguna estupidez, o cosa muy trascendental en su defecto, que te impide concentrarte o sentarte delante de la "Mantis Religiosa" (a partir de ahora me referiré a la oposición con este nombre, un día igual lo explico, pero supongo que de momento muchos podrán hacer el paralelismo solitos). Y a la _______ todo. (Como este es un blog de una maestra sustituta que aspira a ser maestra con plaza propia he decidido que no escribiré tacos, para ser coherente con lo que el puesto al que aspiro me exige). Y otra vez a empezar, a hacer nuevos calendarios de estudio que al final no se cumplirán, etc., etc. (una tarde más perdida, por lo menos...). Que todo el mundo lo tenga claro:

- Si tu pareja te va a dejar, te dejará este año.
- Si hace tiempo que no te enamoras, este año te atravesará el corazón un flechazo tan profundo que serás incapaz de dar pie con bola en mucho tiempo. (Si la persona responsable del embobamiento no preside tu tribunal abandona ya, para qué empañar un momento tan almibarado).
- Si tu mejor amigo/a se va a casar será este año. (Además, tú tendrás que organizarle la despedida de soltero/a y la boda será en la otra punta del país).
- Si hace años que no pillas la gripe este año estarás diez días con fiebre alta acompañada de gastroenteritis aguda.
- Si tu grupo preferido nunca se ha dignado a pisar tu país de pronto decidirá venir más o menos por finales de junio.
- Si nunca te ha tocado nada en ningún sorteo este año te ganarás un viaje de ensueño con fecha cerrada... para junio más o menos.

Todo esto está demostrado científicamente y va a ser así. Hay que contar con ello opositores míos.

Me voy a la cama que mañana tengo que reorganizar el cuadrante de temas.

6 de septiembre de 2008

Reportaje de El País

REPORTAJE

La escuela saca suspenso en emociones

España se resiste a implantar técnicas para educar los sentimientos, salvo algunos centros pioneros - La corriente divide al profesorado

JOAQUINA PRADES 05/09/2008

El pequeño Darío (11 años, sexto de primaria en un colegio público de Madrid) no atiende en clase de lengua porque se aburre y se dedica a interrumpir y a molestar a sus compañeros. La profesora, tensa porque el curso se agota y apenas ha cumplido la mitad del temario impuesto por Educación, pierde los nervios, grita y castiga al alumno a salir al pasillo. Al día siguiente, la escena se repite. Y también la semana siguiente, y la otra, y la otra, y así hasta entrar en una espiral perversa que a ella la sitúa al límite de su resistencia y al chico lo va hundiendo en un pozo del que no sabe cómo salir y que le genera rechazo a acudir cada día a ese lugar desagradable llamado colegio.

Un escolar muy similar a Darío, pero esta vez sentado en una de las aulas del centro público María Sanz de Sautuola, en Santander, sabe que cuando acabe la clase que ha alborotado debe bajar al despacho del jefe de estudios y colorear en un cuadro que le representa una parte figurada de sí mismo. En rojo, si su comportamiento ha sido malo; verde si ha atendido y ha sido amable con sus compañeros y profesores, y amarillo si se ha portado regular.

Cuando acuda a clase al día siguiente contará en una pequeña asamblea qué hizo mal, por qué lo hizo y cómo cree él o sus compañeros que puede mejorar. Pedirá disculpas, o se autoimpondrá alguna tarea en beneficio de los demás, y a cambio no se permitirá que ningún niño le insulte o menosprecie por su comportamiento y a ningún docente se le ocurrirá colgarle la etiqueta de "caso perdido". Los profesores de este colegio, pioneros en España en la aplicación de técnicas de inteligencia emocional en la escuela pública -algunos centros privados hace ya tiempo que las aplican- saben por experiencia que prácticamente ningún niño es un caso perdido. Todo depende de cómo se le enseñe a reaccionar ante el conflicto.

¿Es la inteligencia emocional, como aseguran los profesores que la utilizan, una herramienta eficaz para pacificar el ambiente escolar y contribuir a formar mejores personas? ¿O se trata de una moda pasajera, algo ingenua, que no tiene en cuenta que una cosa es la teoría y otra muy distinta vérselas cada día con un grupo de fieras que sólo piensan en divertirse y se niegan a esforzarse? ¿Acaso no hemos aprendido a base de castigos y el que vale, vale, y el que no, al 30% de fracaso escolar que sitúa a España en el furgón de cola educativo de la UE? A muy pocos días de la inauguración del curso escolar 2008-2009, el debate sigue en pie.

La inteligencia emocional, impulsada por las teorías del aprendizaje del psicólogo Karl Rogers y popularizada por el escritor Daniel Golemán a mediados de los noventa, consiste en desarrollar la capacidad de sentir; entender las causas de este sentimiento; controlarlo y modificarlo. Para ello existen técnicas. El Instituto Español de Inteligencia Emocional de Madrid es uno de los que las enseña, especialmente a los profesores. Su instructora, Ana Bayón, explica cómo: "Primero se pone nombre al sentimiento: furia, cólera, rabia, miedo, frustración... para saber a que nos enfrentamos. Una vez identificado, sabemos qué hacer".

Estos seminarios reúnen a los docentes en grupos pequeños y cada profesor verbaliza lo que le preocupa. Los demás escuchan. El que habla observa de lo que tanto le preocupa le ocurre a otros profesores, que han salido ya del atolladero. "Toman conciencia de que no están solos y de que el problema tiene solución", comenta Ana Bayón.

En España, aunque el sistema educativo no concede importancia a la educación emocional -"parece ser no forma parte de nuestra cultura", comentó a este periódico un ex alto cargo de Educación- cada día son más los docentes y pedagogos que son conscientes de su utilidad y tratan de aplicarla, a veces más por intuición que por técnica, en sus lugares de trabajo. Otros la rechazan porque entienden que para la solución de conflictos internos ya están los psiquiatras y los psicólogos. Este rechazo suele manifestarse en la negativa a participar en los tímidos planes de formación en "gestión humana" que de vez en cuando la Administración intenta con los profesores de secundaria. Una facultad de la Universidad Complutense de Madrid ha declinado participar en uno de estos cursos alegando que su misión consiste en formar profesores que dominen la materia que van a impartir en el instituto, y que lo demás no es de su incumbencia. Pero, a pesar de todo, la educación emocional se abre paso con más fuerza, y ya se cuentan por miles los profesores -mayoritariamente del sector privado y de los niveles de infantil y secundaria- que asisten a los cursos y aplican lo que han aprendido con sus alumnos.

En la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza (FERE) albergan pocas dudas sobre la utilidad de la inteligencia emocional. José Ignacio Peña y Beatriz Arroyo, del departamento pedagógico-pastoral de la patronal de los colegios católicos, aseguran que comenzaron con unos pocos seminarios, hace dos años, y ahora no dan abasto. "Se ha corrido la voz y cada vez nos piden cursos, tanto para profesores como para directores de centro, porque quienes han participado saben ya que todos, profesores y alumnos, salimos ganando", asegura Peña. Para este experto, "resulta desolador" comprobar la poca importancia que nuestra cultura concede a las emociones y eso nos lleva, según él, a olvidar el papel fundamental de la escuela: "Educar no es sólo transmitir conocimientos. Ése es el segundo objetivo. El primero es formar personas".

Ese concepto lo ha aprendido bien Miguel Ángel Terreros, un profesor de Infantil de un colegio católico. "Cuesta salir de la inercia de juzgar, etiquetar... Pero cuando lo haces, los resultados son espectaculares. Los niños te devuelven multiplicados lo que les das. Si ofreces un abrazo, te devuelven diez. Pero hay que saber dar ese paso; hay que saber abrazarles incluso cuando se portan mal".

¿Es así de sencillo? Eduardo Larriera, asesor en inteligencia emocional de la patronal de la enseñanza privada Acade, sonríe al responder que sí. Aunque discrepa en que se trate de una tarea fácil. De hecho, muchos la rechazan. "Me producen un cierto pánico los profesores que piden más disciplina y más mano dura, porque aún no se han dado cuenta de esa vía está equivocada. Y lo peor es que esos docentes nunca aceptarían asistir a un curso de inteligencia emocional, cuando en realidad son quienes más la necesitan", reflexiona.

No todo son sinsabores. Larriera acaba de recibir un correo de una profesora de secundaria que asistió el pasado mayo a uno de sus cursos. "Un alumno se sentaba con el trasero al borde de la silla y las piernas despatarradas en mi clase de matemáticas, y así estaba hasta terminar. Mi reacción era gritarle: '¡Siéntate bien. Pon la espalda recta!'. Nunca hizo caso". Tras el seminario, esta profesora decidió dedicar diez minutos de la clase a mostrar a sus alumnos una lámina con un esqueleto humano, detallarles la función de sostén de la columna vertebral y recomendar la conveniencia de cuidarla. "Al día siguiente, el chico seguía con sus malos hábitos. En lugar de enfadarme, le dije: '¿Recuerdas lo que hablamos ayer?". El adolescente contestó con un bufido, pero se enderezó. Y cada día aguantó más tiempo bien sentado. Ella le transmite su sorpresa al instructor: "Funciona".

En el colegio cántabro Ana Sanz de Sautuola lo descubrieron hace seis años, al afrontar una situación de emergencia. El alumnado, procedente en parte de familias desestructuradas, hacía difícil la convivencia. "Habíamos llegado al límite. Necesitábamos un plan de choque", recuerda Carlos Rodríguez, ahora director de este centro público. Cambiaron los castigos, gritos y nervios por la paciencia y el diálogo. Preguntaron a sus alumnos qué les pasaba. Los profesores se limitaron a escuchar. Después hablaron de soluciones. Desde entonces, y vistos los resultados, aplican las técnicas de inteligencia emocional en todos los cursos, desde infantil a sexto de Primaria. La demanda de matriculación, los resultados académicos y los premios recibidos parecen indicar que han optado por el camino correcto.

Las autoridades educativas, sin embargo, parecen mirar para otro lado. Pere Darder, presidente del Consejo Escolar de Cataluña, partidario de estas nuevas técnicas, se muestra cauteloso: "No pedimos un cambio, pedimos una revolución". Y esa revolución consiste en volver del revés el sistema y desterrar las secuelas de aquel inquietante axioma de la letra, con sangre entra. Con todo, Darder cree que el camino está iniciado y no tiene vuelta atrás.

Otra forma de enseñar

Un amigo me envía este artículo, publicado en La Vanguardia.

Manuel Arroyo, maestro 43 años y fundador de la cooperativa escolar Sant Gervasi
"Llené el bus escolar de latas y pany nos fuimos por Europa"
LLUÍS AMIGUET - 04/09/2008

Tengo 62 años: hace 44 que llegué a Barcelona con 400 pesetas y hace 43 que me dedico a la enseñanza. Me he hecho rico como persona. Presido la cooperativa educativa Sant Gervasi de Mollet. Empecé con 33 alumnos: hoy son 3.000, incluidos los del centro tecnológico y otros programas

Como la peseta estaba muy flojita en los 70, y nuestro colegio de Mollet pues no era de ricos, la verdad, yo cada verano llenaba el autobús escolar de latas de sardinas y conservas y barras de pan y me llevaba a los chavales de 14 años a conocer Europa por cuatro duros, durmiendo en albergues juveniles y bebiendo agua de las fuentes...

¡Qué grande es el mundo!

Es lo que yo les decía a los chicos, que las fronteras sólo están en nuestras mentes, y allá íbamos nosotros, a Roma, París, Bruselas, Alemania, Suiza, Innsbruck, Salzburgo...

Comiendo pan con sardinas.

¡Y cómo disfrutábamos!

¿No se le escapaba ningún niño?

Se nos perdieron una vez en Bruselas dos hermanas, a las que apodábamos Pili y Mili,muy atildadas ellas. ¡Qué susto y qué miedo pasé! Pues hoy aquellas niñas son profes de la cooperativa del cole y ahora son ellas las que llevan a los chicos por Europa.

¿Alguna gamberrada?

Cuando llegamos a Munich y bajamos del autobús, los chavales alucinaron al ver que había montañas de periódicos en la calle sin vigilancia: la gente dejaba el dinero de cada ejemplar y se llevaba sólo los que pagaba.

Aquí hoy dudo que no los robaran.

Por eso el pobre Alfredito - hoy, probo ciudadano, ya tiene 40 años- no tardó un segundo en apropiarse de un montón de periódicos.

¡Y gratis! ¡Qué tontos, los alemanes!

Yo, al ver su pillería, me indigné: ¡qué vergüenza para el colegio! Y le pegué un broncazo allí mismo. ¡Y mira que era un tipo estupendo, Alfredito! Pero era tan raro para los niños ver gente que se comportaba correctamente sin que nadie la vigilara...

Una gran lección europea, maestro.

Siempre pensé que para aprender teníamos que salir de este país. Porque este sólo era un país de héroes, poetas y santos...

... Algún torero, pintores, futbolistas... ... Pero poquísimos científicos. ¿Por qué?

La tradición hace al monje y al ladrón.

¡Por eso me empeñé desde el primer día en que nuestro laboratorio estuviera abierto para todos a todas horas! ¡Quise conseguir que en nuestro colegio y entre probetas los niños también se sintieran en casa!

¿Y el dinero? ¿No eran un cole pobre?

¡Por eso tuvimos que colaborar con las empresas desde el principio! Nos dimos cuenta de que el laboratorio debería autofinanciarse y lo tuvimos abierto día y noche ayudando a las empresas vecinas.

¿Pero los descubrimientos de unos chavales podían ser rentables algún día?

Los laboratorios generaron su dinámica investigadora, además de servir de centro de enseñanza. Creamos un comité científico en el que colaboró Joan Oró, y otro grande, Josep Castell, dejó la facultad de Farmacia para venirse al cole con nosotros.

¿Qué descubrieron juntos?

Fuimos, y aún somos, avanzados en química verde, tendencia hoy puntera en investigación química, y tenemos diseños avanzados, como el del envase de yogur biodegradable, hecho con ácido lácteo.

Buena idea.

O el tratamiento de la glicerina residual de los biocombustibles de primera generación para transformarla en nuevos biocombustibles de segunda. Y estamos abriendo líneas de trabajo rentables además de hacer que los niños se pongan una batita blanca y pasen ratos inolvidables en su laboratorio.

¿Se aclaran sus chicos con los idiomas?

El inglés no puede ser sólo para niños ricos, pero la verdad es que enviar a un niño a Inglaterra un mes cuesta tres mil euros, así que nosotros edificamos una residencia para los intercambios escolares. Las familias con pisos de 60 metros pueden instalar allí a sus niños ingleses de intercambio.

Inglaterra sigue siendo cara.

Pues depende. Nosotros les conseguimos a nuestros chicos un mes allí por 700 euros. Además, tenemos summer camps aquí en el colegio durante el verano con profesores nativos: por supuesto, si exigimos inglés a los alumnos, también a los profesores.

¿De dónde saca buenos profesores?

Eso me pregunté cuando abrí una delegación del Sant Gervasi de l´Hospitalet en Mollet: como no puedo ofrecer ni los sueldos de la pública ni el prestigio de la privada, o me conformo con los peores profesionales - y eso ¡nunca!- o tendré que buscar otro sistema, y así surgió la cooperativa.

Parece que no le ha ido mal.

Cuando empecé en 1970, yo tenía 33 alumnos, y hoy tenemos 3.000 entre la escuela, el centro tecnológico y los demás programas de formación. Y creo que la transición generacional está asegurada: tenemos cooperativistas jóvenes y muy profesionales identificados vitalmente con el proyecto.

¿Ni pública ni privada: cooperativa?

Nuestra. A los primeros cooperativistas ya les decía yo que cuando vieran a un crío rayar la pared era como si rayara nuestra piel: este proyecto es nuestra vida.

El mejor sueldo del maestro son sus tres meses de vacaciones.

En Sant Gervasi sólo tenemos un mes de vacaciones, como todo el mundo; en julio nos dedicamos a trabajar. Un colegio no puede estar nunca cerrado. Tenemos escuela de teatro con 400 alumnos, 29 equipos de basket federados, 160 patinadores, escuela de ajedrez, dos bibliotecas abiertas día y noche. La idea es que si no te gustan las matemáticas, te guste otra cosa que te integre.

Cabreo

Hablemos de calidad educativa. Hablemos del Sistema Público Educativo. Decidí ser maestra y por eso me matriculé en Magisterio. Trabajé de maestra y otras cosas y después decidí que quería ser maestra en la escuela pública. Si dejé la privada fue porque no me gustaron muchas cosas que viví allí. Pondré sólo un ejemplo: un colegio privado que es capaz de sacrificar la educación de un niño, ya que necesita unos apoyos que el centro no puede o no está dispuesto a ofrecer, sólo por mantener su matrícula. Al parecer le daba mucho "prestigio" al colegio que ese niño que era hijo de alguien importante asistiera al mismo. Perjudicaron al niño y manipularon a los padres.

Esperaba encontrar la calidad educativa en la escuela pública. Debo decir que mi año de experiencia en la misma no me hace arrepentirme de mi decisión. Realmente, en general, creo que la escuela pública es mejor que la privada, para un trabajador de la enseñanza y para un alumno. Comparto y defiendo las bases en las que se fundamenta aunque por supuesto siempre haya cosas que mejorar. Sin embargo, este inicio de curso me he encontrado con algunos hechos que me temo responden a un objetivo que poco tiene que ver con lo educativo.

Se ha reducido personal en los centros. Hay menos profesores para más niños. Sobre todo hay menos maestros cuyas especialidades van dirigidas fundamentalmente a la "atención a la diversidad". Y también se han reducido las aulas. Es decir, hay más niños en menos clases. Esto es incompatible con el principio de inclusión que se supone que vertebra el Sistema Educativo. Esto es incompatible con una enseñanza de calidad. Cuanto menos esfuerzo podamos dedicar a las necesidades individuales de nuestro alumnado menos calidad ofreceremos. Por ese camino no se mantienen ni refuerzan los pilares del sistema público.

A no ser que lo que queramos sea destruir dichos pilares. A no ser que lo que realmente estemos buscando sea desprestigiar la escuela pública, asfixiarla. A no ser que los intereses educativos y los intereses políticos de quienes manejan la escuela pública en Canarias sean contrapuestos. No me gusta ser mal pensada, de hecho no lo soy, pero tampoco voy a pecar de ingenua.

El curso pasado cambió la normativa referente al sistema de organización e intervención de Educación Especial. Ya entonces algunas voces alertaron de cuál sería el verdadero resultado de la aplicación de esa normativa: restringiría el acceso de los niños a las aulas de Educación Especial. Y esto en sí mismo no es malo si al mismo tiempo se aumenta la atención en las clases ordinarias, si se baja la ratio para que los tutores puedan dedicarse mejor a la heterogeneidad de alumnos que atienden. Pero esto no ha ocurrido, al revés. Los tutores tienen más alumnos y los alumnos tienen menos profesionales para ser atendidos.

Ahhhh... pero atención: esta Consejería, comprometida ella con la calidad educativa (modo ironía), va a extender el servicio de acogida temprana y las clases de apoyo por las tardes en el centro.

En cuanto a lo primero, como servicio en sí me parece estupendo. Sólo un detalle, como padre no me gustaría en ningún caso que se hiciera a costa de empeorar la atención educativa que luego recibiera mi hijo durante la jornada escolar. Si el dinero no diera para las dos cosas yo tengo claro cuál sería la prioridad. Y de hecho me ofendería que esta Consejería presuponiera que antepongo mi comodidad a la educación de mi hijo.

Y en relación a lo segundo... Bueno, también está muy bien. Aunque resultaría cuanto menos paradójico que hubiera que prestar una atención educativa extra a los niños por la tarde porque por la mañana no hemos sido capaces de cubrir sus necesidades al no contar con los recursos necesarios... Sobrecargar inútilmente a un niño de esa manera sólo para aparentar que realmente estamos preocupados por su educación no me parece una actitud muy ética. Claro, que es una opinión personal.

Que cada uno saque sus propias conclusiones. Sé que hay muchas más cosas de las que hablar. Ya lo haré. Esto al final me ha quedado muy largo, pero cuando veo amenazados el sistema público educativo o sanitario no puedo evitar que me hierva la sangre. Espero que la comunidad educativa sepa responder. Espero que esto no siga avanzando.

Mi cueva

Ikea nuestra que estás en todas partes y eres barata, gracias a ti salgo de los apuros. Sí, Ikea me ha surtido para poder construirme el rincón en el que pasaré los próximos diez meses. En él enfureceré, me desesperaré y me dejaré los ojos. Un sitio realmente acogedor. Hoy ha sido el primer día de estudio propiamente dicho. Para demostrarlo daré algunas pruebas:

- Mis necesidades fisiológicas básicas han estado totalmente cubiertas y satisfechas en todo momento. Cuando he sentido hambre he comido, cuando he notado un ligero peso en el bajo vientre he ido a hacer pis, cuando he pensado que mis labios podían estar algo resecos he ido a beber agua. Todas estas cosas han ocurrido varias veces y hasta en una ocasión cuando regresé me di cuenta que me había dejado el boli atrás y he sonreído (mi primer despiste... qué momento tan tierno).

- He batido el récord mundial en contestar al teléfono cuando éste ha sonado. Sólo tengo que esperar a que sea modalidad olímpica y Bolt y Phelps se hundirán en el pozo del olvido para siempre.

- Mientras modificaba el tema 1 en el ordenador, sin saber cómo, he acabado leyendo todo tipo de blogs, foros, periódicos... he revisado todas mis cuentas de correo y chateado con todo el que ha iniciado una conversación conmigo.

- He pintado en mi hoja de notas 4 Mondrian y un Kandinsky y luego la he firmado 17 veces.

¿Ha sido o no ha sido un auténtico primer día de estudio?

1 de septiembre de 2008

Salida

Las oposiciones son una carrera de fondo. Mentalizándome de ello voy a pasar este primer día de opositora. (Es bueno pensar en esto el 1 de septiembre, si lo haces en marzo es tarde...)

Hoy he comenzado a trabajar en el colegio también. Mi primer inicio de curso... Ha sido... liviano: no hemos hecho nada de nada. El sistema informático estaba colgado. Así que nos hemos saludado, hemos charlado y desayunado y a casita. Mañana más, y espero que mejor.

Estoy otra vez lejos de mi gente, a la que dejé en la isla vecina. Este año además tengo que opositar. Ya he dicho que soy opositora, ¿verdad? Sí, es el motivo de que exista este Blog (veremos si logra cumplir su misión: CATARSIS).

Creo que tengo lo principal: MOTIVACIÓN. La motivación es por la plaza de maestra, así que me toca opositar con todas mis fuerzas.

"La persona con voluntad suele llegar más lejos que la inteligente, pues se apoya en cuatro herramientas que son clave: orden, constancia, disciplina y la ilusión de alcanzar cueste lo que cueste, las metas deseadas".

Enrique Rojas Marcos

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